Dos cazadores fueron de safari a África con el objetivo de cazar un león.
Emprenden el viaje y al llegar a su destino, deciden montar las tiendas de campaña en plena sabana africana.
Al cabo de unos días, descubren aburridos que no hay rastro alguno de leones.
En esas estaban, cuando de repente escuchan el terrible rugido de un león acercándose a su posición.
Los cazadores se dirigen raudos a por sus escopetas y descubren aterrados que no han traído munición.
Mientras uno de ellos se lamenta de su destino y mala suerte, el otro se quita sus botas de montaña, coge sus zapatillas deportivas y se las pone sin perder un segundo.
¿Estás loco? ¿Acaso piensas que puedes correr más rápido que el león?.-Preguntó el primero de los cazadores.
Por supuesto que no amigo mío. No puedo correr más que un león. En realidad solo pretendo correr más que tú.-Contestó el segundo.
Moraleja; por muy difícil que parezca el reto, a veces basta con ponerse manos a la obra e intentarlo.
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