-!Pobrecita!-Dijeron el príncipe y la princesa.
Y elogiaron a los cuervos y dijeron que no estaban enfadados con ellos, aunque no debían volver a hacer una cosa así. Y les darían una recompensa.
-¿Queréis volar libremente?-preguntó la princesa-.¿O preferís un empleo fijo como cuervos de la corte, con derecho a todos los desperdicios de la cocina?
Los cuervos hicieron una reverencia y solicitaron el empleo fijo, ya que pensaban en su vejez, y se dijeron: <Cuando se es viejo es bueno tener algo>.
La reina de las nieves
Hans Christian Andersen
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